Reconoce cómo puedes estar reprimiendo tu intuición.
Hay muchas razones por las que la gente reprime su intuición y muchas maneras de hacerlo, dice Leussink. Algunas de las más comunes son Miedo. Ya sea por creencias familiares o sociales.
Si tu propia retroalimentación interna nunca fue validada. Tal vez sientas que nunca pudiste escucharte a ti mismo por encima de los demás.
Ocupación. "También estamos muy ocupados, en nuestros teléfonos todo el tiempo, adormeciéndonos", dice Leussink. "Si llenamos cada momento de nuestro día con cosas, no hay ni un solo momento para estar como, 'Ooh. ¿Es un pensamiento que estoy teniendo quizás no sea mío? O ¿hay un sentimiento que estoy teniendo que tal vez se origina en otro lugar?".
Ausencia de encarnación. La gente suele creer que para tener momentos intuitivos o de comunicación con los espíritus, tienen que estar fuera de su cuerpo o meditar en algún plano astral muy, muy lejano, dice Leussink. Pero ella cree que en realidad es todo lo contrario. "Si no puedes estar en tu cuerpo y no puedes sentir tus sentimientos y no sabes de dónde se originan, tampoco vas a sentir las conexiones sutiles con el espíritu", señala.
Crea un espacio para conectar.
Solemos pensar que todas las prácticas metafísicas, incluida la mediumnidad, requieren sentarse en una almohada de meditación, usar salvia o encender una vela. Pero hacer esto podría dificultar tu capacidad de conexión. Tu mente racional va a decir: "¿Están ahí? ¿Están ahí?", dice Leussink.
En su lugar, recomienda considerar en qué momento de tu vida entras en un estado verdaderamente receptivo. "Sabemos por estudios científicos que cuando nuestras ondas cerebrales están en ondas theta, que son lentas y abiertas", explica Leussink. "Y sabemos que cuando tenemos esas grandes percepciones y pensamientos intuitivos, aparentemente místicos, estamos en el estado theta. Y cuando realizamos actividades repetitivas en nuestra vida -conducir, fregar los platos, doblar la ropa, en la ducha, correr o tocar un instrumento- también vamos allí".
Y cuando estás en medio de una de estas actividades, puedes llamar conscientemente a la conexión con tu ser querido, explica Leussink. Puedes decir: "No hay expectativas, pero me encantaría que me acompañaras". "Luego, haz esa actividad repetitiva y tu cerebro se ralentizará de forma natural", dice.
Aunque no querrás poner tus expectativas demasiado altas -y puede que acabes necesitando hacer esto un par de veces-, este ejercicio crea un espacio para que recibas, crea la calma que necesitas para recibir y establece la intención de que te gustaría recibir, dice Leussink.
"Habrás preparado el escenario, y ellos se unirán, y tú tendrás una experiencia", señala.
Una vez tengas claras esas dos cosas, estas preparado o preparada para dar el siguiente salto a convertirte en un medium o explotar tu don psíquico.
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